viernes, 31 de agosto de 2018

Nubes rojas despejándose

Se la pasa uno tanto tiempo poniendo en práctica las reglas, procurando siempre seguir un argumento o planeando meticulosamente cada giro en la trama, que se olvida el mero hecho de escribir.

Hace unos días desenterré del baúl de recuerdos el más absurdo de los fan fiction que he hecho de Naruto. Recordé casi inmediatamente cuánto me divertí escribiéndolo. La mayoría de escenas fueron actuadas en compañía de mi prima, o sea, dichas en voz alta, o bien escritas por Windows Messenger. Esos momentos me hicieron tan feliz. Ah. Todo era mejor cuando la única preocupación era que Akatsuki no encontrara al Nueve Colas...

Recuerdo que guardé todas esas conversaciones en un documento de Word. Lo llame: "Conversaciones para la posteridad", y las usé para crear el fan fiction. Era pura comedia absurda, sin planearla tanto. Simplemente escribía sin pararle muchas bolas a la puntuación o a la gramática. Y bueno. Decidí aplicar eso a la novela ésta que llevo escribiendo desde la caída del muro de Berlín. Eso de escribir simplemente por escribir hacía rato que no se me daba. Pero lo logré. Logré escribir  así, sin más, nada más por el mero gusto, por placer.

Me sentí bien. Contenta. Una vaina linda que tenía rato de no sentir.

Qué mejor autoregalo de cumpleaños que esto.

Estoy escribiendo.

Y esta vez por fin lo estoy disfrutando.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario