domingo, 7 de noviembre de 2010

Dolor


Las mejores pisadas en el mundo se esfuman temprano. Son fugaces rayos de luz que pisan nuestras tierras ignorantes, mas muchas veces somos tan ciegos que ni siquiera volteamos a mirarlas. Si no me creen, miremos las cortas vidas de Andrés Caicedo, de Edgar Allan Poe, del mismísimo Albert Camus, entre otros autores quienes muchas veces se les vio despectivamente, se les apartó, pero que después de su muerte ocuparon puestos imprescindibles en la historia nacional o universal. De granos de arena está hecho el mundo, y estos enormes "castillos" se derrumbaron muy pronto. Muchas veces lloré y lloro por recordar sus muertes tempranas, y por recordar lo poco que mi vida ha influido o cambiado el mundo. No es que me muera por ser alguien sobresaliente en la vida, pero en más de una ocasión me senté a pensar en las cosas que puedo hacer, en los cambios que puedo realizar en esta sociedad ignorante; pero aún sigo callada, y sigo llorando aunque ahora lo escribo, pues no consigo otro medio para dejar salir el dolor que ahora siento.
Sólo espero no morir antes de haber dejado mi huella en el mundo.

5 comentarios:

  1. Definitivamente no moriras sin dejar tu huella en el mundo, estoy totalmente seguro de eso.

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  2. Fuck!! Ya me hiciste acordar de mi extrañamente genial escritor "favorito" (Lo de favorito no lo tomes muy en serio) Rafael Chaparro Madiedo... (O tal vez SI, toma eso en serio). El tipo murió luego de publicar su unica novela: Opio en las nubes.

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  3. Oh Dios! miércoles... no me digas eso, pobre man...! no te digo, las mejores vidas se van rápido... :'(

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  4. Casualmente el día de la publicación de esta entrada, hace 97 años, nació la grandiosa humanidad de Albert Camus...

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