Qué bueno sería vivir soñando, ¿no?
Esta es la historia de Jacobito. Jacobito era un niño bastante inquieto, debo decir. Bastante. Era de aquellos que tenían que ser amarrados a la silla para comer tranquilamente. Y era famoso entre los niños de su barrio por sus insólitos sonambulismos.
La noche lluviosa del dieciséis de mayo fue crucial para Jacobito. Él vivía con sus padres y hermanos en el décimo piso de un edificio. En su cuarto estaba adosada una ventana que daba a las afueras del edificio, cuyo papel fue protagónico en esa noche crucial. Estaba abierta, de par en par, y Jacobito soñaba que era un ángel alado y bello; volaba y surcaba los mil y un cielos, pulverizaba nubes al pasar. Se sentó al lado de Dios, bebió el agua de las primeras gotas de lluvia y dio incontables piruetas en la bóveda azulada. Jacobito fue feliz caminando junto a las estrellas y saludando al sol y a la luna a su lado; fue feliz cuando vio a las personas en la tierra como hormiguitas y fue feliz cuando comprendió que era alguien místico y hermoso.
En fin, la dicha de Jacobito no fue más grande porque simplemente no pudo. El ardor que emanaba de su corazoncito era incomparable y sublime. No le dolía ningún hueso del cuerpo, a pesar que caía, caía y caía. Ya le dolían las esquinas de los labios de tanto sonreír. Un buen amigo se le apareció, un amigo ángel, y le dijo "Cae. Cae hasta que no puedas más. Será largo el camino, pero al final te prometo que yo te estaré esperando".
Y Jacobito le hizo caso. Dejó de batir sus alas para dejar su cuerpo caer por el enredado celeste, y entonces ya no sentía su cuerpo, y Jacobito tuvo miedo, pero un miedo mezclado con dicha y felicidad. Durante la caída libre se tocó la cabeza, y se dio cuenta que su pelo había regresado, y cuando vio sus manos se asombró al verlas tan rosadas como las de un bebé.
Al final, vio muchos ángeles esperándolo. Le hacían señas, le gritaban. Le sonreían.
Jacobito había llegado al éxtasis de su felicidad.
...y atravesó el marco de la ventana.
Qué bueno sería morir soñando, ¿no?
uy!! loca historia pero genial
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