Hay que ver la estupidez de la gente. Esta mañana unas señoras medio cegatonas me dijeron "lindo sombrerito, nene" cuando me vieron pasar. Por favor, si lo único que llevaba encima eran los tres meses sin motilarme...
Antes de eso, cuando recién había despertado vislumbré la tanga favorita de mi tía tirada en el piso; la recogí y se la puse en la cara mientras ella aún dormía. Le dije tronco de desorden el tuyo, ¿no? dejando hasta las tangas tiradas en el piso. Ella me contestó mijo pero eso es na más que un agüero: si se deja el rastro, puede que venga el hombre de tu vida.
Ya perdí la cuenta de cuántas palmadas de frente me he dado en este día.
Cuando salí del baño el libro de Neruda que tanto me gusta estaba sobre el amontonamiento de la ropa sucia. Mi primita se rió de mí. Le grité a mi tía ¡usté por qué miércoles echa a Neruda en la ropa sucia! y ella me dijo que era tiempo de cambiar, mijo. Le dije que eso no tiene nada que ver, a lo que ella refutó con un deje la maricada, Charlie, que ya eso no se ve; tiene que leer Crepúsculo y esas cosas bonitas.
Después del trigésimo cuarto suspiro del día vi en el cuarto a mi primita midiéndose el vestido de baño de mi tía. No pude evitar la carcajada que se me salió. Ella cogió rabia, mas no se quitó esa vaina. Le pregunté entre carcajadas ¿tú pa qué te mides eso? y ella me dijo mi mamá dice que si te vistes como una reina, serás una reina.
Esta plebe de hoy en día, no, no, no,no... necesito ayuda con esto, ¿saben? Mi paciencia no dará para mucho.
La muchacha de la tienda me dijo que si no quería dos maracuyás en vez de una, y yo le dije como por qué o qué. Ella me dijo que me la regalaba gratis. Farfullé irritado que si me daba un regalo, obviamente sería gratis, que lo que había dicho fue una redundancia. Después de suspirar e irme, me dijo ay Charlie... ¡déjame redundarte los amiguitos!
Mi nombre es Carlos Andrés. No sé por qué carajos me dicen Charlie. Estos anglicismos también me sacan de juicio, pero bueno, al final terminé acostumbrándome. Cuando estaba más pequeño, y alguien tenía la indecencia de llamarme Charlie, yo lo miraba rayado, y le decía dígame Carlos Andrés; es más largo, pero más bonito. Así usté no quedará en mi lista negra.
El punto es que no dejaron de llamarme Charlie. Otras veces me llaman Andy, o nene, o simplemente moreno. En ocasiones me dicen "chico wtf", pues porque digo What the fuck muy freccuentemente.
Ay, hombe. Por qué no habré nacido en alguna ciudad remota en donde no existan los apodos. Por qué no habré nacido, por ejemplo, en Orán, por ejemplo. Por qué, pa ver... Allá, al menos, hubiera muerto de peste, pero con un nombre bonito.
Ay, no. Aquí viene el frutero otra vez. Será mejor que guarde esta vaina. No quiero que me atraquen.
Bueno bueno!! jeje
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