Es emoción. Es placer.
Es una cosa inexplicable.
Es vida. Es haber.
Es sublimación. Es un canto celestial.
Es una experiencia religiosa.
Un susurro a los oídos. Una mezcla galopante de ruidos, de sensaciones...
Todas las voces, los anhelos, los lamentos, los acordes, los sonetos, los compases...
Todo acordonado y compuesto en una clave tan bella y sonora...
Todo tan acomodado y bello como hojas de clavel...
Todo tan exquisito, todo tan vertiginoso y fuerte...
Firme, excelso, sobresaliente, apetitoso...
Y cuando acaba no quieres parar de imaginarla.
Imaginarla en tu mente, imaginarla en tu boca.
Imaginarla apretando los labios.
Imaginarla erizándote la piel.
¿Cómo alguien de nombre tan poco impronunciable pudo elaborar tal maestría, tal magnitud de incontables sentimientos y de borrascosas emociones?
Es desorden. Es emoción.
Es placer. Es plenitud.
Es vida. Es haber.
Es música.
La música se manifiesta de tantas maneras que es imposible escucharla en su plenitud.
ResponderBorrarLa música es omnipresente, la cuestión es que solo pocos se dan cuenta de ello... con tanta basura que crean...
ResponderBorrarLarga vida a Peter!