Cuando Papa está triste, todo se cae abajo.
Cuando Papa está feliz, las cosas adquieren otro color.
Cuando Papa llora, el cielo también lo hace.
Cuando Papa ríe, los riachuelos echan peces tiernos.
Cuando las preocupaciones de Papa se dispersan, las nubes allá en el cielo se mueven.
Papa es especial, y hoy es su día.
Su feliz día.
Cuando Papa tiene hambre hay que atenderlo.
Cuando Papa llega cansado de trabajar hay que darle masajes.
Cuando llega exhausto del día a día hay que salir a recibirlo.
A Papa se le olvidan las trivialidades del trabajo cuando llega a casa.
Papa se pone feliz cuando lo acompañamos a cenar.
Papa se pondría feliz si le deseo un feliz día.
Su feliz día.
Hoy le regalamos una camisa. Una camisa blanca, sin mancha. Una simple camisa blanca.
Me picaban las piernas por debajo de la bermuda. Me veía más chiquito de lo normal. Papa solo posó su mano en mi cabeza y me dijo que el mejor regalo que le puedo dar es el buen resultado en los estudios.
Yo respiré fuerte y sonreí.
El cuello de aquella camisa se veía inmaculado, digno para Papa.
Me picaban las piernas por debajo de la bermuda. Me veía más chiquito de lo normal. Papa solo posó su mano en mi cabeza y me dijo que el mejor regalo que le puedo dar es el buen resultado en los estudios.
Yo respiré fuerte y sonreí.
El cuello de aquella camisa se veía inmaculado, digno para Papa.
Me encanta abrazarlo porque siempre se está cálido ahí. Una vez le dije Papa, si el mundo se acaba nos tiramos juntos de ese puente. Aquella vez me dijo tú solo te irás a tirar porque yo no.
Por todo eso, Papa es especial. Y hoy es su día.
Cuando Papa llega a la casa, las hojas reverdecen y los arbustos parecen sonreír. Mama se da cuenta, mama se alegra. Papa la besa y yo los observo; los observo en ese constante y meritorio trance del que muchas veces no quise salir.
Nunca llegaré a ser más grande que él.
Nunca pasaré de ser el "pequeño" o el "campeón" que siempre se oculta bajo su ancha mano.
Y es que me invade un ardor cuando me dice Zackie, deja las bobadas, y el corazón se me hincha cuando me dice Zackie, estoy orgulloso de ti.
Nunca pasaré de ser el "pequeño" o el "campeón" que siempre se oculta bajo su ancha mano.
Y es que me invade un ardor cuando me dice Zackie, deja las bobadas, y el corazón se me hincha cuando me dice Zackie, estoy orgulloso de ti.
Y sé más que nadie que tiene cierto talento para hacerme rabiar o llorar, pero también sé que cuenta con el talento de hacerme reír y hacerme feliz.
Papa es especial. Y hoy es su día.
Papa es especial. Y hoy es su día.
Su feliz día.
Papa es especial. Y hoy es su día.
Pero, ¿dónde está? ¿En donde se esconde?
Si no lo encuentras aquí es porque está jugando fútbol.
Pero, ¿en dónde? ¿En qué parte?
Ah no, lo encerré en mi corazón.
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