Ión nació en la estación de congelación. Vivía de la arrendación de una embarcación y de degustación en degustación. Mendigo por profesión, poeta por vocación, la rememoración de su gran generación sorprende con emoción. De temple en punto de congelación, pero de pasión en ebullición, llamas en inflamación hacen humilde decoración en la habitación de su corazón en vibración.
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