Son las cinco y media de la mañana y acabo de despertar de la pesadilla más horrible que he tenido en la vida. No tiene que ver con monstruos, fantasmas, espectros gritándome cosas feas, no. Es algo sobrecogedor. Soñé que se moría mi mamá. Dos veces. O sea, que se moría de dos formas completamente diferentes, pero igual de horribles. La primera, pasó así. Estábamos en una suerte de hotel de mala reputación. Mi mamá y yo nos hospedamos en diferentes habitaciones. Por alguna razón en medio del sueño entré en la habitación de mi madre y vi que estaba hedionda, en mal estado. Ella estaba medio desnuda, preparándose para dormir (como justamente estaba antes de dormirme la misma noche previa a este sueño). En fin, nos despedimos, dimos las buenas noches y ya me iba otra vez. Pero algo en el cuarto (que parecía más un pequeño apartamento, pues tenía espacios como de comedor, baño y sala de estar…) me hizo mirar. Ocupando completamente el espacio de lo que parecía una sala de estar estaba una suerte de alberca, muy grande, rectangular y transparente, llena de agua no muy limpia. Estaba a rebosar. Tenía unas compuertas que se abrían y se cerraban y chorreaban agua como locas, como si en vez de estar sobre suelo firme, la alberca estuviese sacudiéndose sobre el mar abierto. Como sea, el punto es que me quedé ahí, boquiabierta, embobada en esa suerte de alberca, hasta que, por alguna extraña razón, se prendió fuego. Sí. Unas llamas gigantescas, ardientes hasta el punto de parecer blancas como chispazos, justo encima del agua que chorreaba. Entonces oigo un chillido y es de mi madre que viene corriendo, gritando, de donde dormía, todavía medio desnuda, incinerándose de pies a cabeza. Yo, en medio del aturdimiento, corrí a agarrar un extintor, cuya ubicación estaba horrorosamente lejos del incendio, y traté de apagar las llamas en medio del llanto, pero ya era tarde. Mi mamá quedó ahí, con la cara intacta, pero el cuerpo hecho cenizas.
Después de eso, casi sin siquiera anestesia y sin dejarme descansar luego de la imagen anterior, recuerdo que estaba sentada en el suelo del cuarto de mis padres. Estaba triste, profundamente triste por algo, y en ese momento sentí que era porque mi madre se había muerto. Entonces, llorando de manera desconsolada como lo estaba haciendo, me levanté y corrí a abrazar a mi papá, que estaba sentado en la cama. Yo a mi vez me senté en sus piernas y lo abracé ocultando la cara en su cuello, y sollocé como una bebé mientras él me contaba cómo había pasado. Resulta que él había llamado a mi mamá en algún momento de la mañana o mediodía, luego de que ella saliera de trabajar, y le preguntó por su día. La respuesta de ella fue cortante y su voz temblaba. Al preguntarle mi papá que qué pasaba, me dijo que la notó intranquila, nerviosa. Entonces supo que algo andaba horriblemente mal, porque empezó a llorar ella también. Mi papá me dio a entender que a mi mamá en ese momento le estaban haciendo una suerte de “paseo millonario”, de esos en donde te suben a un vehículo y te llevan a varios lugares con el fin de sacarte información o dinero de cajeros y bancos. En el sueño, al ver que mi mamá estaba hablando con mi papá, se me dio a entender que por esta razón los delincuentes la habían asesinado, de manera terrible. Se me permitió imaginar la imagen y la voz quebrada de mi mamá conforme mi papá me contaba y saber que sufrió todo eso me llenó de una angustia y dolor inimaginables. Al final desperté bruscamente, sollozando como lo hiciera en sueños, en medio de las primeras horas de la mañana.
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