No volvieron a separarse una vez terminó todo, eso lo supe después. Y por las noches dormían abrazados y el cielo que los arropaba ya no era violeta, contando estrellas hasta el amanecer.
Eran dueños de una envidiable vista al mar y una playa con arena casi plateada. Estaban en algún lugar apartado, muy lejos de aquí. Lejos de los contratistas. Lejos del Sindicato. Lejos de todo. De nosotros. De mí.
Necesitaba respuestas. No se por que pero yo necesitaba saber. Necesitaba verlo y saber que estaba vivo. Después de tanto tiempo y después de todo lo que ha pasado, ¿al menos el era real? ¿Acaso no había sido todo un sueño ocasionado por la fiebre? Quería encararlo y decirle todo eso, todo lo que siento. Solo una oportunidad. Una última oportunidad es todo lo que pido.
Quisiera alcanzarle los talones, agarrarlo y no soltarlo. Viendo las fotos, sé que ella, alias Yin, también se siente así. No puedo perturbar eso. Pero… ¡diablos! Qué impotencia.
Lo único que puedo hacer por ahora y desde aquí es mirar la estrella de BK-201, su luz palpitante en el cielo. Y rogar que permanezca ahí, aún si las estrellas de antaño aparecen de nuevo.
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