domingo, 27 de marzo de 2011

Monedas de chocolate

Esta mañana apareció un zapato sucio y viejo en el marco de mi ventana. Había a su lado un par de hojas marrones, y ver la composición que formaban me generó un poco de nostalgia.
Luego de apartar hacia un lado el zapato apoyé mi mejilla en la palma de la mano y me dediqué a mirar el paisaje. No fue gran cosa lo que vi, pero observarlo me tranquilizó en gran medida. 
Me acordé repentinamente de Laura, pero se fue tan rápido como vino por causas aún desconocidas.
Me acordé también del rostro del vecino.
Me acordé de la camiseta que lavé antes de ayer, y de las innumerables manchas que no pude borrar.
Me acordé de Sofía y del absurdo amor que le sentía.
Me acordé del almuerzo, y también me acordé de las náuseas que me provocaron aquellas lentejas pasadas.
Vi cómo las hojas salieron volando luego de lo último que pensé, y cuando me volví hacia el zapato, éste ya no estaba. Tosí, me levanté, agarré las monedas de chocolate que estaban en el escritorio y salí de la habitación. Me tocaba hacer el aseo a mí hoy.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario