Dios, en toda su infinita bondad y ternura, tenía el pleno conocimiento de que el hombre nacería siendo débil e indefenso. Fue por eso que decidió sacar un pedazo de su pecho y elaborar una creación grandiosa: la madre. ¿Y por qué del pecho? Pues porque es en el pecho en donde reside el corazón, aquel cálido músculo que desprende todo el hermoso amor que nos brindan ellas cada día de nuestras vidas.
Gracias Dios por ello.
Y gracias Dios por mi mamá.
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