sábado, 31 de marzo de 2018

14 de julio de 2017

Hace rato que desperté y no recuerdo ya gran parte del sueño. Sin embargo, sé que volví a soñar con un edificio blanco y bien iluminado. Esta vez era aún más laberíntico, lo habitaban muchos apartamentos. Yo corría. No sé cómo me llegó la idea a la cabeza de que estábamos jugando a las escondidas. Detrás de mí venía una mujer, vestida a lo Frida Kahlo, escandalosamente maquillada y Jeffrey Dean Morgan (como Negan). La mujer se detuvo en un rincón y comenzó a contar. Nosotros dos nos fuimos a esconder. Recuerdo que ni él ni yo queríamos jugar, pero como la mujer estaba tan emocionada le seguimos el juego. En una de esas decidimos escondernos debajo de una gran cama doble, cuyo espacio era asquerosamente reducido. En medio del claustrofóbico calor y fastidio, tragamos mucho polvo y telarañas hasta que la mujer nos encontró y salimos de ahí. Entonces, Jeffrey, cansado, fue a sentarse en una silla. Respiraba muy ruidosamente. Yo me le acerqué y me le senté en las piernas, acurrucándome en su pecho. Pude sentir su respiración muy cerca de mi rostro, e incluso sentí la vibración de su pecho cuando hablaba.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario