miércoles, 31 de marzo de 2021

6 de marzo de 2021




Aparecí desde el fondo de un pasillo, en lo que parecía el lobby de un lujoso hotel. Un lugar amplio, de paredes bien altas sobre las que no parecía haber techo y todo relucía en el más chispeante de los amarillos. El piso, por su parte, parecía hecho de un cuarzo oscuro, como el color del espacio sideral y estaba todo embaldosado con detalles y arabescos dorados, muy bonitos. Pese a que no podía verlas, podía escuchar el rumor de muchas personas hablando, como sonido ambiente, muy leve, pero notorio. También escuchaba tintineo de copas y movimientos de platos y cubiertos. 

Llegué al que supuse era el centro del primer piso del lugar y vi que frente a mí estaba Robin Williams. Sí, el actor, ataviado con el traje militar caqui del expresidente Theodore Roosevelt, quien fuera el último personaje que representó en vida. Tenía sus gafas redondas, el bigote y hasta la sonrisa. Una vez cerca, nos abrazamos, muy fuerte, mejilla con mejilla. Incluso recuerdo que sus gafas me incomodaron en la cara. Después nos soltamos lentamente y conversamos. Si bien no recuerdo ahora mismo qué fue lo que conversamos en un primer momento, sé que luego le dije: “Te extraño”, y él, en un perfecto español, me respondió: “Yo también”. También sé que me dijo algo entre las líneas de “No dejes que te sequen”, y “Busca a Fátima”. Eso fue la primera de las dos cosas extrañas que pasaron durante el sueño.

La segunda cosa extraña fue que, en el sueño… me desperté. Sí. Y al abrir los ojos estaba en casa de mi abuela Gladys. Bajé al comedor y allí estaba mi mamá y mis hermanos y todavía en el sueño quise contarles lo que había soñado. Las cosas que describí anteriormente las recuerdo bien porque así se las conté a mi mamá en esta parte del sueño. Sin embargo, al llegar a la parte en que mencionaba a Robin, se me formó un nudo horrible en la garganta de pronto que no me dejó seguir hablando. Lo último que recuerdo que pasó fue verme a mí misma luchando, casi ahogándome, señalándome la garganta como si de esta manera pudiera volver a hablar.

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