“…y, cuando despiertes,
la gente querrá de nuevo
cargarte en brazos,
acunarte, simplemente jugar,
y latirá tu corazón…
Solo es horrible esperar”.
Nika Turbiná
Creo verte al cerrar los ojos
y de pronto quiero llorar cemento.
Volver a anidar en tu clavícula,
volver al abrazo del fuego blanco.
El pozo está hastiado de inundarse
y yo tengo las uñas desgastadas.
Fui misericordia para todos,
pero solo Dios la necesitaba.
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